Siempre hay momentos en la vida que en vez de responsabilizarnos de nuestra infelicidad, preferimos ponernos en el papel de víctimas y pensar que nuestros padres no lo hicieron bien con nosotros.

Si algo he aprendido en este tiempo es que a todos nos ha faltado algo: tiempo, cariño, dinero, aceptación, reconocimiento, figura paterna o materna, o cualquier otra cosa. Incluso diría que a 5 hermanos en la misma familia que les han faltado las mismas cosas, cada uno interpreta su realidad de una forma distinta y tiene unas carencias. Otros hemos sufrido discusiones, abandonos, divorcios…

En definitiva, solo podemos ver con ojos de perdón a esos padres inocentes pero responsables, de lo que han hecho. Lo han hecho lo mejor que han sabido y podido, y está en nuestras manos ser asertivos y explicarles como nos sentimos y cuáles son nuestras necesidades. Está en nuestra mano responsabilizarnos de nuestra felicidad.

Luego cada uno tiene que tomar sus propias decisiones familiares, con las cartas que le ha tocado jugar en la familia para ser felices.

Pero una cosa está clara, los padres no son perfectos igual que nosotros tampoco lo somos: hacen lo que pueden con el nivel de consciencia y conocimiento que tienen; ellos antes de padres fueron hijos y recibieron lo que pudieron de sus padres. Fueron criados y educados sobre ciertas creencias, y ellos han hecho lo que han podido. Seguramente si rascáramos a ellos también les faltaron cosas y tienen carencias afectivas más grandes que les hacen comportarse como lo hacen.

Por eso pienso que los padres son los niños. Cada padre o madre tiene un niño o una niña dentro, y si nosotros hemos podido evolucionar más que ellos porque estamos con otro nivel de consciencia, veremos con amor y con perdón todo aquello que no saben darnos y aquello que nos faltó en nuestra infancia.

Todo es perfecto para sanarte y abrirte a un infinito mundo de posibilidades. La vida es pura belleza. Te reencontrarás plenamente cuando dejes de pensar que necesitas algo fuera. Cuando dejes de buscar, cuando estés plenamente en tu centro. Cuando encuentres tu propio AMOR.

Hasta pronto.

Edu Muñoz (Coaching en Valencia)

www.CoachingEnValencia.es